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Mapa del Polo en Argentina: Tucumán, polo en el Jardín de la República

En el quinto episodio de este viaje del polo argentino, llegamos al jardín de la República. Tucumán, en el corazón del norte de nuestro país, es la provincia con menor superficie, pero no por ello el polo, que requiere grandes extensiones de tierra, se ve limitado. Al contrario, no ha parado de crecer, hay polo todo el año y este motivo ha hecho proliferar la cría y hechura de caballos de polo, un asunto que se volvió muy serio en estas tierras.

Por Darío Welschen. Esta provincia, reconocida por su producción azucarera, tiene una vasta historia de polo. Si bien se fijó el año 1917 como el inicio del deporte en la provincia, por la fundación del Tucumán Polo Club (7 de julio de ese año), ya a principios del siglo XX se sabe que había actividad fomentada por los ingleses que administraban los ingenios. Antes de recorrer el pasado vamos a centrarnos en la actualidad tucumana y el alma mater de estos artículos es hurgar hasta el último rincón en búsqueda de canchas activas. En Tucumán tenemos 11 canchas de polo. La actividad se nuclea casi en su totalidad en la localidad de Tapia, en el Departamento de Trancas, al norte de la capital. Un lugar seco pero con buenas temperaturas anuales y con vertientes de agua de montaña que permiten el regado permanente de las canchas. Allí están de un lado el Tucumán Polo Club y La Arisca Polo. Ambos dentro del Club de Campo Las Cortaderas, un importante prendimiento inmobiliario con tres canchas de polo. Del otro lado -literalmente enfrente-, cruzando la Ruta 341 (que lleva a la localidad turística de Raco) se encuentra el Tapia Polo Club con sus dos canchas. Tanto Tucumán PC, La Arisca PC y Tapia PC son clubes activos afiliados a la Asociación Argentina de Polo y albergan con sus socios a casi todos los polistas de la provincia. En Tapia PC hay unos 25/30 socios. En Tucumán PC / La Arisca son unos 20/25. Allí está el núcleo del polo tucumano. Pato Paz, del Tucumán Polo Club, nos comenta que “hay polo unos 330 días del año” (NdE: a excepción, obviamente, en tiempos de pandemia). Al ser un polo con muchos criadores y de hechura, las temporadas se dividen, en su mayoría, en invierno y verano para los caballos nuevos y otoño y primavera para los caballos jugadores. También cerca de Tapia, a unos 3 kilómetros, está La López Polo, el emprendimiento de una tradicional familia del polo tucumano, los López (hijos del “Piro”, quien cediera las tierras para la formación de los clubes en Tapia) que se destaca por reunir la base del polo femenino. Arrancó como una escuela en general, a cargo de Adolfo López (h), conocido como " El Flaco". Agrupó a las mujeres que venían surgiendo y tiene su cancha para prácticas y torneos. En la actualidad hay un grupo de 12 jugadores en La López Polo. Allí comenzaron con las prácticas de polo 2018 y hoy se está planificando otra cancha, con la idea de ampliarse en la actividad.


Hay que viajar unos kilómetros hacia el norte, no muchos, para encontrar más polo. Hay que llegar hasta Trancas (dentro del mismo Departamento), casi al límite con Salta, en un gran valle entre cumbres y sierras. Allí se encuentra el club La Baguala Polo, que nació en 1998. Su propietario, Luis Padilla, dedicado a la cría, doma y hechura de caballos para polo, comienza a fomentar el deporte en Trancas desde ese año mientras se mezclaban los días de polo con los de pato. Si bien el campo ya existía como tal y el apellido está muy vinculado a la historia del polo tucumano, fue en ese año que se comenzó con la práctica formal y privada del polo. En 2006 se inscribió como club en la AAP, con dos canchas entabladas.


En 2008 se terminó el club house y una tercera cancha dentro del proyecto La Baguala Country, donde actualmente funciona La Baguala PC. Desde su afiliación empiezan a jugarse importantes torneos (más de 10 eventos realizados), a los que supieron acudir nombres como Alberto Pedro Heguy, Mariano Aguerre y Hugo Barabuchi, entre otros. En todos los eventos organizados allí han participado equipos de muchas provincias.


También en Trancas, a 87km de Tucumán, 55 km de Tapia y 4 km del pueblo de San Pedro de Colalao se encuentra La Paz San Fernando Polo. Un campo familiar, de los Paz, que se dedica a la cría de caballos de Paso Peruano desde hace más de 80 años. El polo allí arrancó hace un puñado de años, en 2016, por dos entusiastas: Marcelo Paz (h) y Pilar Edo. La Paz San Fernando Polo convocó a las primeras mujeres de la provincia en la práctica organizada del deporte. En poco tiempo llegaron a juntar nueve jugadoras. De hecho, fue el primer club en sacarle el hándicap a jugadoras tucumanas, en ocasión del primer torneo femenino de la provincia (FOTO). Hay registros de que las primeras en agarrar un taco en Tucumán fueron las hermanas Cossio, Mariana y María Elvira (esta última conocida como “La Gorda”, hijas de Alberto, señalado como uno de los mejores dirigentes del polo tucumano), que se mezclaban con Juan Martín y Clemente Zavaleta en El Churqui muchos años antes. Luego también de Catalina Colombres en Tapia, hace unos 15 años, pero ninguna siguió ni se organizó para el polo como sucedió después con las que empezaron a jugar en La Paz San Fernando.

Para Marcelo Paz lo más importante respecto a plantar una semilla del deporte femenino y apostar al fomento de nuestro polo argentino es que “en todos los torneos que se organizan en la actualidad en Tucumán hay eventos paralelos con participación de mujeres, es decir, lo que parecía un sueño en esas frías tardes de invierno en La Paz del 2017, hoy en la provincia es una realidad.”


Y siguiendo en nuestro recorrido, el último lugar con polo, en Tucumán, se ubica en las alturas de Tafí del Valle, al oeste de la capital provincial, en la entrada a los Cerros Calchaquíes (VER debajo “Tafí del Valle. Polo en las alturas”). Allí están la Estancia El Churqui, de la familia Zavaleta, con una de las canchas más altas del país (a 2,200 metros sobre el nivel del mar), creada en los 70’ en un establecimiento histórico de la provincia. Y en la entrada del valle, por último, se encuentra El Candelero Polo Club, perteneciente a otra de las familias pioneras de Tafí, los Chenaut. En ambos clubes se desarrolla hoy un polo de verano.


LAS CORTADERAS: TUCUMÁN POLO CLUB Y LA ARISCA POLO CLUB. En Tapia, con 3 canchas.


ESCUELITA DE POLO, EN TUCUMÁN POLO CLUB. Actualmente cuenta con unos 20 alumnos de todas las edades, de los cuales 8 son chicas. El profe a cargo es Federico Pasquini (h), certificado recientemente por la AAP.

TAPIA POLO CLUB. Con dos canchas históricas en Tapia el club supo ser sede de varios torneos provinciales.


LA LÓPEZ POLO. Comenzó como una escuelita y al tiempo reunió al polo femenino, que venía surgiendo en la provincia.


LA BAGUALA POLO. En Trancas. Activo desde 1998. Funciona dentro de La Baguala Country Club, con dos canchas. Hoy en día el club tiene sus temporadas en verano e invierno donde todos los años se juega un torneo de verano en homenaje a Luis Padilla Padre.


LA PAZ SAN FERNANDO POLO. En Trancas, con una cancha. El polo allí comenzó en 2016 y fue el club que plantó la semilla en el polo femenino. Juntó a las primeras chicas, muchas de las cuales no tenían vínculos familiares con el polo, y luego ellas se organizaron y siguieron camino. Club afiliado a la AAP desde 2017.


EL CANDELERO. En la entrada a la Villa de Tafí. El club se afilió a la AAP en 1990 y tiene una cancha que ha albergado y organizado múltiples e importantes torneos de polo.


EL CHURQUI. Ubicado en Tafí del Valle, es de las canchas de polo más alta del país a 2,200mts.


 

Historia del polo en Tucumán


El ferrocarril directo entre Buenos Aires y Tucumán condujo a la era del azúcar. Y, a través de ambos, llegó el polo a la provincia. Un famoso ingenio azucarero llamado La Corona figura como el primer antecedente de polo. A fines de 1800 y principios de 1900 estaba a cargo del inglés Stewart Shipton (FOTO), quien fuera también el primer intendente de la ciudad de Concepción en 1896 y cuyo estadio de fútbol de la ciudad lleva su nombre. Este inmigrante británico era un miembro prominente del Hurlingham Club de Buenos Aires (fundado 1888) y llevó el polo consigo para Tucumán los años que estuvo allí. Algo similar ocurre con la familia Leach más al norte aún de nuestro país. Volviendo a Shipton, este también participó de la temporada inaugural del polo en la Costa Azul francesa, donde se mezcló con príncipes, barones y duques, en 1907. Y así como jugaba con la aristocracia europea, también se mezclaba con los criollos del norte. Dicen que en el ingenio a los que eran buenos de a caballo, los obligaban a jugar al polo para poder hacer equipo. Se conocen historias del “Gaucho” Cisneros, uno de ellos, que se enoja cuando el inglés le reclamaba constantemente “the ball, give me the ball” y los insultos en criollo venían detrás, total Stewart no era muy ducho con el castellano.

Desde esos años hasta la fundación del Tucumán Polo Club no hay mucha información. El polo en el norte tuvo sus altibajos y en la zona de Concepción no pegó el deporte. Sí podemos vincular a las familias a cargo de los

Compañías Azucareras con la práctica del polo. De hecho, son los mismos apellidos que hoy siguen jugando. Un ejemplo de ellos también es el vínculo del Ingenio Mercedes (1860) con la familia Padilla. Allí había canchas de polo y estaban muy vinculados a la actividad. Uno de esos Padilla era Don José Vicente Padilla Domínguez, quien casado con Nieves Frías Zavalía conciben en Tucumán a Enrique Benito del Corazón de Jesús Padilla Frías (FOTO) el 27 de diciembre de 1890. Luego devenido Capitán de Caballería del Ejército Argentino (llegó a Coronel de Artillería), Enrique Padilla, fue campeón olímpico en Paris 1924 (la primera medalla dorada en la historia del deporte argentino), ganó dos veces el Abierto Argentino (1926 y 1929) y llegó a lucir 7 goles de hándicap. Enrique Padilla, una gloria de nuestro deporte, cuyo nombre distingue a la Tribuna Central de la Cancha N°2 de Palermo, juntaba a los primos cuando iba a Tucumán y llevaba a sus amigos a las canchas del Ingenio Mercedes, en la zona de Lules, que su familia usaba habitualmente.

El Tucumán Polo Club se funda el 7 de julio de 1917. El Teniente Coronel Juan Alvelo fue su primer presidente. Clemente Zavaleta (secretario) y Percy Hill (tesorero), son considerados como los padres del polo en Tucumán. La sede, donada por el gobierno de Juan Bautista Bascary, fue la Sociedad Rural, donde hoy está el Parque 9 de Julio. Allí se jugó varios años, con idas y vueltas, hasta fines de los 70’. El primer torneo oficial, la Copa Inauguración, se disputó en 1925, para celebrar la afiliación del Tucumán Polo Club a la Asociación Argentina de Polo (fundada en 1922). El campeón formó con Bernardo Lozada Echenique, Percy Hill, León Hill y el Mayor Mario Godoy. En los 20’ hay registros de jugadores como: Patricio Correa Uriburu, Juan Carlos Fagalde, Carlos Díaz Manuel Cossio (h), Manuel A. Estévez y Laurencio Leal Lobo, entre otros.

Más allá de esa década, surgen varios clubes que ya quedaron en el olvido: El Manantial, La Corona, San José, los tres en terrenos de los ingenios, y también militares que jugaban para El Portillo (club originario de San Juan y mudado al regimiento de Tucumán). Siempre los militares resultaron un buen aporte y medio de difusión del deporte en la historia del polo de las provincias. Del San José Polo Club figuran de su fundación nombres como José Frías Silva, Pedro Chenaut, Alberto Cossio, Gerónimo Helguera, Lautaro Zavalía, los Santillán, Paz y Paz Peña. “Tucumán A”, en 1930, ganó el primer Circuito Norte, formando con Ricardo Frías (Alberto Cossio de reemplazo), Bernardo Lozada Echenique, Adolfo Saravia y Percy Hill. Fue el primer equipo local en llegar a Buenos Aires.

El historiador tucumano Carlos Páez de la Torre (h) recapituló la información de las décadas y en un magnífico artículo publicado en La Gaceta de Tucumán detalla el centenario de la historia del polo allí. Destaca que la actividad declinó en los 1930 y que volvió con fuerzas a la cancha del parque en la siguiente década. Los militares y equipos de El Manantial y La Ramada (San Patricio Polo Club, fundado en los 40’ en terrenos del Rufino Cossio Alurralde) renovarían el impulso del Tucumán Polo Club. En 1952 se refunda el club y se vuelve a afiliar a la AAP. Presidía la institución Pedro Lautaro Posse y eran secretario Juan Martín Sueldo y secretario Juan Carlos Fagalde (h). Ese año, tras ganar el Circuito Norte, el equipo integrado por el Capitán Manuel Laprida (7 goles de hándicap), Raúl Aguirre Molina (2), el Mayor Julio Sueldo y Juan Carlos Fagalde (1) resulta finalista en Palermo de la Copa República Argentina (cae ante Trenque Lauquen). (FOTO)


Por ese entonces se había vuelto a jugar en el Parque, pero en terrenos más al sur de la primera cancha. Allí se jugó hasta 1977. Don Javier López, que hoy tiene 80 años, recuerda aquellos días en el parque que debían pedir ayuda a la policía para “correr” a los futbolistas que tomaban la cancha de polo. En los 60’, un conjunto conocido como “Los Primos” sería de los difíciles de vencer. Lo integraban Alberto y Manual Cossio Frías, Juan Pablo Nougués Frías y Ricardo Frías (h). En 1964 el Tucumán Polo Club se une a La Sociedad Rural de Tucumán. Como dijimos, a fines de los 70’ el polo tuvo que irse del parque. Se jugó entonces Campo Norte, en terrenos del ingenio San José donados al Regimiento 19. Apenas llegaban a juntar unos 10 jugadores entre militares y civiles. Oscar Colombres, o simplemente el “Amarillo”, recuerda haber empezado las prácticas formales allí en Campo Norte. Luego el polo se mudó cerca, a un predio en sociedad con La Rural (1979), del que el Tucumán PC formó parte institucionalmente hasta 1987. El “Amarillo” hoy tiene 66 años y comenzó a taquear en una cancha de fútbol en Raco, con tacos improvisados con lo que había a mano, como gajos de eucalipto. Y de chico también iba mucho al El Churqui a jugar al polo. El apodo, para los que no saben, surge por su cabellera rubia y por una travesura de chico en el campo cuando se olvidó de cerrar una tranquera y las vacas se comieron todo el maíz; al otro día, un compadre encontró al culpable ya que juró haber visto merodear por la escena al pequeño: “yo he visto al Amarillo por ahí”.

Olimpiadas de verano en la cancha de El Churqui, Tafí del Valle (1976 ó 1977)

De nuevo en los 80’, por esos años la familia Bertola, hoy afincada en Coronel Suárez, funda La Esperanza Polo Club. También en esa década surge La Arisca Polo Club (1984), en Ramada, por iniciativa de la familia Paz Posse. Se asocian al mismo Oscar Colombres (padre e hijo), Ramón Paz Posse (padre e hijo), Cesar Terán, Juan Mendilaharzu, Alberto Cossio (h), José A. Llorente, Nestor Patrón Costas, entre otros. En el acta de socios figura hasta Alberto Pedro Hegu